el_nivel_que_no

2019.

La tarde de agosto que dejamos la casa de Mª José y Javier, mi padre dió con el coche una vuelta a la urbanización a modo de despedia. Habían sido diez intensos días. Al igual que en años anteriores, cuando el matrimonio e hijas decidían irse de viaje, nos prestaban la residencia estival en su ausencia.

Saliendo ya del complejo, localicé una casa en construcción. Un duplex con las paredes y estructuras finalizadas a falta de un acabado en cemento que, al parecer, ya habían iniciado. Al siguiente domingo decidí volver al lugar, colarme en la obra y construir, mediante los materiales que allí encontré, una hilera de ladrillos en lo que sería el muro del balcón.

A día de hoy desconozco si la obra se terminó respetando ese nivel de ladrillos o si tuvo que ser destruído. Estoy deseando volver a pasarme y averiguarlo.